En la vida de una persona, siempre hay afortunadamente, al menos para mi así ha sido, seres queridos entrañables que se recuerdan y cuya esencia se graba en nuestro corazón y en nuestra mente.
Hoy quiero recordar a uno de esos seres queridos, a mi abuela paterna. Su nombre era Isabel y nació en Añora (Córdoba) allá por el año 1897 más o menos, en ese mismo pueblo parió también a mi padre, años después. Aunque yo conocí a mis dos abuelas, no así a mis abuelos, a ésta en concreto la tuve viva unos cuantos años de mi vida y tengo viva su imagen, en cambio mi abuela dolores, se murió cuando yo era muy pequeña y apenas la recuerdo. Como iba diciendo, ella era una mujer de fuerte caracter, aunque buena persona, trabajadora, honrada y luchó mucho en la vida. Era hija única, me hubiera gustado saber la causa , porque antiguamente, precisamente que una familia tuviera un solo hijo era raro. Pero en fin, llegada a su edad de moza casadera, conoció a mi abuelo Francisco, que era viudo y tenía dos hijas de su anterior esposa. Mi abuela, era más joven que él y esa es otra cosa que me pregunto a veces, ¿Cómo en esa época se casó con un viudo con dos hijas?`. y mucho mayor que ella, ¿ sería por asunto de tierras?, ¿ no le saldría otro novio? ¿ estaría enamorada supongo no?no se, yo no se si era por interés, por amor o por imposición familiar , lo cierto es que ella permaneció toda su vida con él , hasta que murió. Estas preguntas jamás tendrán respuesta alguna, porque ella ya no está para solventar mis dudas, desgraciadamente.
Pues bien, una vez casada tuvo dos varones, mi padre Tomás y a Matías, mi tio. que junto a sus dos hijastras, ya eran cuatro en la familia. Así pasaron los años, pasando apuros para poder comer y mi padre fue el primero que se vino a hacer la mili a Sevilla, con la intención de quedarse aquí y ganarse la vida en la ciudad y como luego se estableció aquí, mi abuela , vendió la casa del pueblo, y se vino tras el hijo, trayendo también a mi tio Matias, y desde entonces, ya la vida la hizo aquí. Mi abuelo murió entre medias, de venir mi padre a la mili y venirse ella y su otro hijo a la ciudad.
Bueno con el dinero que le dieron por la casa, decidió comprar un solar en bellavista, y ¿porque aquí? pues porque mi padre pretendía a mi madre y ella estaba aquí en casa de una tia suya. Se construyó una casa con mucho esfuerzo, y nos pusimos a vivir todos juntos, mis padres ,hermanos , la abuela, y por otro lado, mi tia , su marido y mis dos primos.
Todos vivíamos como en una casa de vecinos, pero familiarmente.
Yo recuerdo que de pequeña, era muy trastolera, me gustaba tocarlo todo, experimentar, cosas de niña con inquietudes, porque mala tampoco era, aunque me gustaba subirme a un tejado de uralita que teníamos en casa y mi abuela , se moría del susto cuando me veía ahí subida y se ponía de los nervios, no tenía paciencia ninguna conmigo y siempre la recuerdo riñéndome, por hacer ésto, por lo otro, pero yo activa que era, a veces salía corriendo y me reía. Era una mujer de cuerpo esbelto, doble, no demasiado alta, pero siempre iba vestida de negro, con su faltriquera larga hasta los tobillos,, con su delantal también negro, nunca jamás la vi vestida de otra guisa. Con un roete blanco incólume amarrado fuertemente a su nuca, y con un pelo rizado y largo como un día sin pan. Sus ojos marrones, a veces desprendían una cierta mirada de tristeza, la tristeza de verse , viuda, mayor y viviendo con dos nueras.
Recuerdo que era muy beata e iba todos los días a misa, nunca faltó , hasta que se puso muy enferma. Ya tenía su grupo de amigas en la iglesia, de edad como ella, y a veces, me llevaba a mi , pero yo que siempre he sido un poco rebelde para esto de la iglesia, iba a regañadientes.
Y otra cosa que recuerdo de ella, son sus andares, que curiosamente, le veo ahora a mi padre, andan igual. Se tambaleaba un poco, suavemente, no pareciendo estar ebria, pero se le iba el cuerpo hacia un lado .
Sin duda una mujer entrañable, que murió cuando yo tenía doce años, concretamente en Agosto de 1978, fue la primera muerte que viví más consciente en mi vida. Aún recuerdo aquel día con tristeza, cuando entré en mi casa y no me dejaban ir a la habitación donde ella dormía, echaron un ambientador de rosas que todavia tengo grabado en mi nariz, nunca olvidaré ese olor, es más, si lo volviera a oler lo reconocería inmediatamente. Al pasar por el pasillo, miré de reojo y la vi tendida en la cama, con su pañuelo alrededor de la cara, inerte, como dormida para siempre en el sueño celestial junto a su Dios, ese al que ella siempre iba a rezarle a la iglesia todos los días y que decidió llevársela para toda la eternidad. Ahora me siento un poco culpable, porque mi abuela murió de un cáncer en la sangre, y ella estando malita, tuvo que ir con mi madre a ponerse muchas transfusiones y cuando se postró en la cama, perdió el habla, y yo no la dejaba tranquila y jugueteaba con ella, sin ser consciente de la gravedad de su enfermedad, y no la dejaba en paz. Pero eran cosas de niñas.
A pesar de los años que hace que murió conservo su imagen aferrada a mi mente, y siempre la respetaré y la recordaré como mi abuela Isabel, y tengo el orgullo de llevar su nombre y el orgullo de que haya sido mi abuela , esa que siempre da gusto tener, me pregunto qué diría si viera a su bisnieta Mª Isabel. Supongo que estaría orgullosa de ella, y aunque me hubiese gustado disfrutar más de ella, la vida es así, unos nacen y otros mueren , y la oportunidad de conocer a tus nietos o bisnietos es difícil.
Abuelita, donde estés, te mando un besito enorme para ti.