Muchas razones tengo para sentirme unida a esta bonita zona de España. Que aunque no es la que me vio nacer, mi querida Andalucía, es como si fuera mi segunda patria.
Cuando llego a tus tierras Galicia, me saludas con sólo surcar tus carreteras bruñidas de montes, árboles y vegetación tupida, abrupta y hermosa donde las haya. Donde respirar no cuesta, sólo tienes que abrir los pulmones y un oro muy valioso entrará a tu cuerpo, sin darte cuenta. Suavemente, te hipnotizará con su olor a frescura recién estrenada por la mañana, pareciera como si te envolviera un halo relajante y como si me sonrieran sus montañas ofreciéndole a mis pupilas su verdor reverdecido, orgullosas de su belleza.
Lágrimas de alegría brotan de mis ojos dulcemente, al ver tan bonito espectáculo natural. ¡ Galicia, ¡adoptada en mi corazón! ¡ Con Asturias eres alma gemela!.
Recuerdo a cada paso que doy, tus ríos serenos, de aguas cristalinas y transparentes, tus prados hermosos como mantos adosados en tu entorno. Esos senderos misteriosos que solo una buena gallega conoce, rincones que descubrimos y a cúal con más belleza. Tus lluvias , a veces, tímidamente nos engatusan con esa frescura que desprendes en nuestra cara y que nos hace sacar ese chubasquero plegado en el bolso con toda urgencia. ¡Qué delicia!. Esto es un bálsamo que nos hace llevar las pilas cargadas para poder soportar , el sofocante calor de mi tierra.
El sol a veces, sale poquito, pero cuando lo hace alumbra toda tu belleza.
Las casitas de esas pequeñas pedanías, perdidas en tus montañas, con su vieja y vetusta iglesia, a cuya espalda, reposan las almas de unos pocos, antiguos habitantes, en fosas lúgubres pero que atraen por su aspecto avenjentado ,enmohecidas por el tiempo y la humedad. Sus cruces de piedra y querubines con sus caritas tristes , los cruceiros, la paz y los epitafios eternos de bellas palabras, que reposan en sus losas tan lóbregas y húmedas , son también parte de esta misteriosa tierra que tanto tiene que descubrir en cada viaje que realices allí.
Entre todas esas serranías, rodeadas de vegetación variada, viñedos que hacen las delicias de los amantes del oro líquido de las vides, que prueban ese dulce sabor del albariño o del ribeiro, con sus productos naturales, del mar y la tierra, todo es de buena calidad y muy bueno .
Estoy como en la gloria cuando cierro mis ojos, respiro hondo y el corazón me palpita de alegría, vivo, respiro aire siempre fresco, disfruto de las noches tan azules y estrelladas a la música de las gaitas y panderos, visitando ferias medievales, o de la sardina o el mejillón que tanto ensalza la gastronomía y el carácter afable gallego.
Hay gente amable, doy fe de ello, nos reciben como en nuestra casa. Mi vida siempre estará ligada a ti Galicia, esa tierra verde y paraiso hermoso donde los haya.
Allá conservo una amistad muy arraigada y querida, casi hermanada , que pase el tiempo que pase y a pesar de la distancia, siempre estaremos unidas en nuestra bonita amistad desinteresada.
Su mar, maravilloso que con solo mirarlo desde la cima de sus altos acantilados nos dan impresión de vértigo, por la altura, pero con una gran belleza se distingue a lo lejos esa inmensidad azul brillante, que allá en el horizonte apenas nos deja distinguir qué es el cielo o el mar, donde se refleja la sonrisa del sol, clavando sus rayos en el agua, iluminándola, ya sean bravías o tranquilas, todos los días.
Y esa gastronomía, que quita el sentido cuando pruebas una mariscada gallega, o esos mejillones al vapor, los mejores del mundo; pero la medalla de oro se lo lleva el pulpo a la gallega, manjar que hipnotiza el paladar , que ese mar gallego nos ofrece con buen hacer y generosidad. ¡Muero por él!. ¡Qué bueno está! comido en Pontevedra o en Asturias, se disfruta igual.
Cuidemos Galicia, que es un tesoro vivo en esta nuestra querida y variopinta España. Tierra de santos, meigas y cruceiros de piedra.
A mi amiga gallega Mari, quiero decirle que su maravillosa tierra es un encanto, que admiro y disfruto con sólo estar en ella y que no puedo vivir sin volver alguna vez a esa tierra hermosa, misteriosa, fresca y además que me ha dado la oportunidad de estar disfrutando en tu grata compañía y con mi familia de una buena empanada gallega, vamos de chuparse los dedos. Y con tu dadivosidad amiga, me haces sentir la persona más satisfecha del mundo, con sólo acordarte de mi, y dándome a probar todos esos productos maravillosos que sólo hay en tu tierra. Un beso amiga. Este escrito aunque dedicado a Galicia, que sabes que me encanta, indirectamente también va para ti. Hasta pronto y cuidate mucho vale. tqm