Luna dichosa,
luna hermosa,
luna cascabelera.
Me sorprendes cada noche con tu bonita sonrisa lisonjera, vestida de amarillo dorado, iluminando los senderos de tu querida amiga y vecina la tierra.
Tienes el rostro angelical, redondito y con lunares aterciopelados
Agradecida me sonríes cuando te miro; tu timidez hace que alguna vez te escondas tras tus sedosas vecinas las nubecillas blancas, de algodón esponjosas y hermosas donde las haya.
A veces cuando te miro, te veo llena de alegría y luciendo orgullosa ahí en el firmamento. Otras te quedas en una cuarta, a veces, creciendo y otras menguando. Pero casi siempre apareces pletorícamente llena de ilusión, brillando y brillando encarecidamente.
Silenciosa, los astros te aplauden, te envídian, te admiran con mucha pasión, lunita , regordeta y redondita, baja alguna vez a la tierra, déjame tocarte suavecito y mírame a la cara. ¿ No ves que te echo de menos cuando no estás en tu humilde morada, allá en el firmamento?
Vístete deprisa que llega la noche y tienes que dibujar tu estampa allá en el cielo.
¡Que las mareas te necesitan!
¡Que las estrellas lamentan tu ausencia y cabizbajas se apagan sin remedio!
Las nubes te ocultan el alma, y las estrellas te acompañan siempre fieles por la galaxia, a dar ese paseito por el firmamento.
Duermete lunita mía , que va llegando el alba, tienes que descansar para cuando llegue la noche a buscarte, asombrala, luciendo con gran esmero tu maravilloso y evanescente vestido dorado y tu inmenso halo luminoso.
Luna dichosa,
Luna hermosa,
luna cascabelera.
Nunca te vayas de nuestro firmamento , que estamos muy acompañados cada noche con tu asombrosa y lejana presencia.